Si hace unas semanas los ciervos daban rienda suelta a la pasión, en su época de celo, concida como la berrea, ahora es el turno del gamo, cuya época de celo es conocida como la ronca. Este nombre viene del sonido que produce el macho durante esta época, aunque a este periodo algunos lo denominan el cogeo, debido a la cogera que presentan los machos al final del periodo, totalmente agotados.
Como ya os comenté hace un tiempo, el gamo se está expandiendo por la mayor parte de la sierra, aunque todavía presenta bajas densidades de población, por lo que escuchar la ronca es súmamente difícil. Al no haber un gran número de machos, éstos no necesitan pelear por el territorio y no necesitan reclamarlo con su voz contínuamente, como lo hace el ciervo en estos montes. Éste hecho hace que sea más difícil todavía encontrar a los gamos y fotografiarlos, ya que no te puedes valer de su voz para encontrar su posición, además siempre están atentos a cualquier ruidoy refugiados en lo más profundo del pinar por lo que el acercamiento nunca es sencillo.
Esta tarde me he acercado a una de las zonas en las que es menos difícil encontrar gamos de la Sierra de Albarracín, para intentar fotografiarlos, y aunque en todo el tiempo no he podido escuchar ni a uno roncar, he conseguido «capturar» a un bonito macho que venía directo a mi posición. Cuando lo he visto entre los pinos he esperado lo máximo posible y cuando ha notado mi presencia, y ha levantado la cabeza lo he «metido» en mi cámara, llevándome un bonito retrato a casa, y esperando que los tiros que he escuchado a lo lejos no sean algo por lo que tenga que pasar en un futuro.
Saludos