Hola a todos. Mientras espero a tiempos mejores, en los que pueda volver a salir al monte, os voy a enseñar unas cuantas fotografías que tenía guardadas de esta primavera, de varios encuentros con los duendes del bosque.
El primer corzo que os muestro es el joven que en el anterior artículo que les dediqué a estos animales aparecía comiendo en medio de un campo. Pocos días después de aquella toma volví al lugar, unas horas antes de su previsible salida al sembrado y me coloqué más o menos por donde mi intuición me decía que aparecería. No tardé mucho tiempo en escuchar ruidos en la espesura del bosque, parecía algún animal inquieto, pues sus movimientos eran rápidos y súbitos. Parece que había notado mi presencia antes de salir del bosque, y comenzó a ladrar a la vez que iba de un lado para otro, intentando divisarme a través de la espesura a escasos 10 metros de dónde yo estaba.
finalmente, el miedo le pudo a la curiosidad y se marchó ladrando, pero ahí no quedó todo, ya que unos minutos después me lo volví a encontrar, esta vez era él quien me había encontrado a mi…
tras unos «disparos» volvió a huir, pero sabía que iba a volver a tenerlo «a tiro», y así fue…
Pero los ladridos de este jovenzuelo hicieron aparecer en escena a 2 hembras, que aun sabiendo de mi presencia querían ver con sus ojos de qué huía el «amigo»
Otro encuentro con uno de estos bonitos animales fue a escasos metros del pueblo, cuando la presencia de un perro hizo salir a una corza de su dormidero rumbo a mi posición.
La «mala» suerte hizo que me rodeara y no pude tomarle un primer plano, pero fueron momentos emocionantes.
Saludos
Bonito relato, lindísimas fotografías, y emocionantes momentos, porque hay que pensar en que ahí, el intruso eras tú, y la mirada inteligente del animalito, emociona.
besos.
Me gustaMe gusta